Se utiliza para describir un momento de relax total, cuando alguien está en su salsa y nada le perturba. Ideal después de una buena frijolada o al caer la tarde con el fresquito del campo.
Después de esa caminata por el parque, me eché en la hamaca y entré en modo estabezón; ni el perro ladrando me pudo sacar.