Así se le llama amistosamente al típico vecino que siempre está enterado de todo, ya sea por ser amable, o porque se pasa de metiche. En Nayarit, es como tener un radar activado para todos los chismes del barrio.
Ayer me encontré con el Gato huichol del vecindario y ya supo que fui a comprar tamales antes de que llegara a casa.