En Cantabria, cuando 'jumamos' no estamos trepando sino que agarramos una buena rabieta. Se trata de un cabreo tan intenso que el humo parece salirte por las orejas, cual olla express sin válvula.
Cuando el Fredo se enteró de que le habían rayado el coche nuevo, comenzó a jumar como loco. ¡Menuda furia llevó encima!