Cuando todo se comparte equitativamente entre cuates, pero siempre hay uno que se lleva la mejor parte. Perfecta para los momentos de compartir chelas o un plato de pique macho.
En la repartija del chanchito asado, el Carlos otra vez se llevó el pedazo más grande con hueso ¡Qué vivo!
Cuando te pones a dividir algo, ya sea comida, chisme o problemas, pero siempre con tu toque peruano de justicia casera.
Oe causa, hay que hacer una repartija del pollo a la brasa para que nadie se achore.