A todo santandereano no le eches cuentos chinos, hazle una 'santoto'. Es una promesa que se hace con total seriedad y convicción, porque allá, cumplir la palabra dada es sagrado.
Te hice mii santoto de que te iba a ayudar con el guayabo del fincho... ¿y qué crees? Aquí estoy con la sopa levanta-muertos.