Referencia simpática para describir a alguien que parece muy inocente o calmeiru, pero que tiene sus triquiñuelas ocultas. Viene de 'prau', que es como llaman los asturianos al campo.
No te fíes de Luisa, que va de ángel del prau y luego monta una folixa que ni el Carmín en plena fiesta.