Expresión usada para describir a alguien que se la pasa saboreando la vida y disfrutando de pequeños placeres, aunque el presupuesto sea apretado. En Tlaxcala, nada como satisfacer los antojos con algunas deliciosas garnachas.
Aunque no gane mucho, prefiero vivir de las garnachas antes que deprimir por el dinero.