Dícese de alguien que, mientras camina por la calle con dos cervezas en la mano, no derrama ni una sola gota. Usualmente se refiere a esa habilidad mística para mantener las cosas bajo control en situaciones cotidianas pero importantes.
Mira a Javier, es el más equilibrado del grupo: lleva tres guaguas de pan mientras chatea por WhatsApp.