Usado para describir a alguien que se enfurruña tanto que parece estar a punto de explotar como un globo llenito de rabia. Básicamente, es la definición visual de una olla exprés sentada en el sofá.
Cuando le dije que no íbamos al bar porque jugaba el Zaragoza y tenía que verlo sí o sí, comenzó a ficar como si hubiera pisado su último cacho de ternasco.