Tomarse el día entre medio de dos feriados como si no existiera, creando tu propio fin de semana largo. ¡Para qué ir a trabajar si puedes hacer un puente!
El jueves es feriado y el sábado también, así que el viernes mejor hagamos un puente y nos vamos al lago a descansar.
Tomarse un día libre para alargar el fin de semana, aprovechando que hay un feriado pegado. Se convierte en mini-vacaciones estratégicas.
El lunes toca hacer un puente y disfrutar la playa sin culpa.
En el Cesar, se le llama 'hacer un puente' a aprovechar cualquier excusa para empatar los viernes con los lunes y darse una escapadita a la playa o al río.
El viernes hay festivo, así que me voy pa' Valledupar a hacer un puente. ¡Nos vemos el martes!
Aprovechar un día festivo que cae entre semana para no trabajar ni estudiar el resto de la semana. Es como si extendieras las vacaciones con mucho arte.
Con el lunes festivo y el jefe medio despistado, vamos a hacer un puente hasta el jueves, ¡y que viva la siesta manchega!