Dícese de una persona pesada, molesta o que aburre más que un sermón en latín. También puede referirse a alguien que monta mucho escándalo innecesario.
No invites a Juan al concierto, es un petardo de cuidado y no dejará de dar la lata.
Aparte del clásico explosivo festivo, esta palabra se usa para referirse a alguien aburrido o pesado. Vamos, que es más difícil de aguantar que un petardo sonando en tu oído.
No salgas con Juan a tomar algo si no quieres quedarte dormido en el bar; ¡es un auténtico petardo!