Dícese de alguien que está totalmente agotado, como si hubiera prestado toda su energía al diablo en un día caluroso. Esta expresión se refiere a quedar rendido después de mucho esfuerzo bajo el intenso sol catamarqueño.
Después de ayudar a mi abuela en la cosecha, quedé chamicado y no tengo ganas ni de comer empanadas.