Un coche tan viejo y destartalado que parece más un instrumento musical desafinado en medio de una sinfonía que un vehículo. Una joya de la carretera que, con cada rumor raro, cuenta historias del pasado.
Mi primo anda con su txatxarro por el barrio; todo el mundo sabe cuándo llega porque hasta las piedras se ponen a bailar con el traqueteo.